Lo de Elvira y el mono de Maileg fue un auténtico flechazo, un amor a primera vista, de esos que no se pueden controlar y que una fuerza imánica obligan a que ambos permanezcan unidos para siempre. Así agarro la pequeña bomboncita Elvira a su mono (no sabemos si le han puesto algún nombre), mientras su mamá le hacía miembro del club de los monstruos buenrolleros. Elvira, por supuesto, es otra auténtica niña ¡Glück!.
7.01.2010
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En cuanto se lo enseño recuerda ¡Uy, pero si es el gran amor de mi vida!
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