5.03.2013

Madres a las que no felicitar el domingo

En estas fechas que uno se acuerda especialmente de sus madres, -pero en plan bien, claro- salen a relucir lo entregadas y apasionadas que somos, lo dulces y lo dispuestas que estamos a todo con tal de salvaguardar el bienestar de nuestros cachorrillos. La madre más animal, la más pura, la intocable, la tierna, la todoterreno. Videos emocionantes y fotos enternecedoras. La madre, ese estrato que de repente confiere a la mujer otro nivel. Uno no menta a la madre, la madre es sagrada. La madre siempre es guapa, sobre todo este día. Que bonita es la madre el día de la madre... pero, ¿y si no?, ¿y si entre todas estas maravillosas madres a ti te toca justo tener a una grandísima hija de puta?. Pues te toca morderte la lengua este maravilloso día de ramos de flores y trabajos manuales en el cole. Así que yo hoy, no voy a hablar de lo estupendas que somos las que somos estupendas, si no de las otras, las que no lo son. Las que pese a ser mujeres odiosas y malditas, decidieron un buen día reproducirse y se quedaron tan anchas, así la pobre criatura que enjendraron no sólo habría de sufrir la cólora psicótica de su escalofriante madre sino que además, llegado el primer domingo de mayo (o la fecha que fuera en el país que le haya tocado) tendría que alabar y celebar su día.

Aunque pocos, hay algún referente cinematográfico de madres poco deseables, ahora, serán pocas pero que pocas.
Si hay una madre chunga por excelencia esa es la viejecita cuyo hijo, de nombre Norman Bates, obedecia sus celosas órdenes hasta estando muerta y en estado de descomposición. Podríamos decir a su favor, sin faltar a la razón, que el autor material de los asesinatos, al menos los que relatan en la película, fue el hijo y no la madre, pero está claro que el poder negativo, asfixiante y delirante que ella le debió dar en vida, creó a ese desquiciado portero asesina jovencitas.
Otra madre terrorífica es Margaret White, quien tenía por hija a Carrie White, la marginada con poderes telequinésicos más famosa del instituto. Margaret era una fanática religiosa que utilizaba a su hija como depositora de todas sus idas de olla, pensaba que el demonio estaba en cualquier acto cotidiano y tenía a la pobre niña completamente aislada y en un ambiente de profundo terror y culpa constante.

Otra madre cinematográfica que despide maldad es la obesa Mary Lee, madre de la también obesa y analfabeta (en el papel) Precious. Una película bellísima, que pese al drama y la sordidez de su argumento, es un canto a la esperanza y al poder de uno mismo. La antagonista de todos estos valores es la madre de la protagonista, un ser despreciable y celoso, que insulta y maltrata a su hija, adolescente y embarazada de su propio padre.

De todas formas, el cine no es muy dado a las madres crueles, más bien al contrario. Encontramos mucha más crueldad en las madrastras o en los padres. Si es verdad, que las madres de muchos de los asesinos gores de las pelis de terror, son responsables de los orígenes psicóticos de sus hijos, bien por comportamientos brutales con sus hijos, o por desinterés y abandono; Leatherface (La Matanza de Texas), Aileen Wuornos (Monster), Henry (Henry, retrato de un asesino), incluso apurando mucho Fredy Krueger pero estas madres no tienen protagonismo, simplemente son una excusa, un personaje que se muestra de refilón para que el anonadado espectador pueda dar una vaga explicación al origen del mal del asesino. Mención a parte tiene la siempre genial Tilda Swinton, en la también genial "Tenemos que hablar de Kevin". En esta, la madre sostiene el peso de la película, junto a un hijo psicópata a más no poder. Hay quien diría que Tilda no es una mala madre, y otros como yo, que pensamos que buena, tampoco lo es. Y no por ser violenta o alcohólica o maltratadora, el problema de esta madre es la ausencia absoluta de empatía con su hijo. La película plantea la cuestión de hasta que punto un psicópata nace o se hace, o al menos, se potencia o se permite. Como digo, esta madre no ejemplifica tan bien el tipo de madres chungas de las que quiero hablar aquí, así que dejaremos a Kevin y a su madre para otra ocasión.

Y si el cine ha dado madres malas, la realidad nos ha mostrado madres muchísimo peores. Es relativamente frecuente encontrarse cada x tiempo con alguna noticia de una madre parricida en alguna parte del mundo, que nos pone la piel de gallina. Para que nuestra cabeza de madres normales, es decir, buenas-madres-que-amamos-a-nuestros-hijos-por-encima-de-todo-y-sería-a-lo-último-a-lo-que-haríamos-daño este tipo de crímenes sólo lo podemos entender si es que la susodicha madre pasaba por algún tipo de enajenación. Sin querer ni pretender justificar estos actos, que me parecen lo más aberrante y antinatura del mundo, la mayoría de estos casos de parricidas, se dan porque en el cerebro enfermo de la asesina, considera que al eliminar a sus hijos de esta vida, les está haciendo un favor, pues les va a librar del sufrimiento mayor que ella considera que es la vida. De hecho, la mayoría son muertes tranquilas, no violentas. Repito, no justifico estos hechos, que me parecen del todo execrables, pero quiero pensar, que detrás de la gran mayoría de esos crímenes existe una intención de quitar dolor, no suministrarlo. Así pues, cuando aparece un ser que va aún más lejos que estas desgraciadas, y no solo matan a sus hijos, sino que además, les someten a todo tipo de torturas y vejaciones, el asco y dolor, se me hace completamente insoportable de tan sólo imaginar.
Mi top cinco de madres a las que les haría algo más que negarles el saludo el día de la madre son estas.

-Klara Maruerova: Mantuvo encerrados en jaulas a sus hijos mientras les sometía a torturas y maltratos. Llegó a comerse partes de sus cuerpos. Klara justificó estas brutalidades diciendo que una secta le tenía lavado el cerebro. Un caso muy muy raro y escalofriante, que quien quiera saber más puede buscarlo en google.
-Mary Ann Cotton: Esta enfermera inglesa de la época victoriana era una gran aficionada a los venenos. Con este arma, mató a 4 maridos, 11 hijos y 2 amantes. ¿Por qué?, para cobrar seguros, ni más ni menos.
-Belle Gunness: Coétanea de Mary Ann, -pero noruega de origen y estadounidense de adopción-, y bastante similiar, tanto en la forma de asesinar como en las razones que le llevaron a ello, aunque con matices. Belle, parecía una buena mujer. Adoptó a tres hijos, tuvo uno biológico, varios maridos y muchos amantes. Los mató a todos, parece ser que tambíen para cobrar seguros, pero con historias de celos de por medio. Su final fue muy raro... la granja en la que vivía apareció calcinada y en ella encontraron los cadáveres de todas sus víctimas, incluídos a sus hijos; tres murieron en el incendio, que se cree intencionado por ella misma, pero la mayor de ellos, llevaba años desaparecida, según Belle en un colegio interna, aunque se supo que había sido asesinada por su madre cuando su cadaver apareció entre las ruinas de la casa. El caso no quedó esclarecido del todo ya que el cuerpo de la mujer que se encontró que pensaban que era Belle parece ser que no lo era realmente, muchas cosas no encajaban...

 -Theresa Knorr:  Pero si hay alguien en el top de mala malísima madre, y que me revuelve el estómago hasta la más profunda náusea esa es Theresa Knorr. No voy a entrar en detalles, ahí está google, e incluso una película inspirada en ella, sólo contaré por encima la terrorífica y espeluznante historia de Theresa Knorr. Esta mujer tuvo seis hijos, y mató a dos de sus hijas. Con la mas mayor estaba convencida de que tenía el diablo, y le había lanzado una maldición para que engordara (cuando lo cierto era que estaba gorda por su propio estilo de vida), después de someterle a unas torturas terribles, la acabó quemando viva. A la segunda hija, la obligó a prostituirse, algo que hacía sentir orgullo incluso a su madre, pues entraba bastante dinero a casa, pero de repente, pensó que la hija había contraído una enfermedad venérea, y optó por encerrarla en un pequeño armario y dejar que se muriera. Obligaba al resto de los hijos a ser complices de sus asesinatos y torturas, bajo pena de acabar siendo ellos torturados si no lo hacían. Finalmente, fue su hija pequeña, una vez la familia se separó, quien confeso todo a la policía, y es gracias a esto, que la terrible y psicópata Theresa está hoy en la cárcel cumpliendo dos cadenas perpetuas. Según el "indice de la maldad" (escala que desarrolló un tal Dr. Michael Stone) Theresa está en el número 22, el punto mas alto de dicha escala, en la que se encuentran los psicópatas torturadores.


-Condesa de Bathory: sobre la condesa de Bathory se sabe que tuvo varios hijos, y aunque no hay datos de que fueran maltratados, alguien que ha pasado a la posteridad por ostentar el record Guiness de ser la asesina con más muertes a su espalda (más de 360) buena madre, no creo que fuera. Elisabeth Bathory, un angelito.


Así pues, madres como vosotras que de vez en cuando os sentís culpables porque pasáis mucho tiempo trabajando, o porque os apetece salir de fiesta un día y olvidaros de que tenéis hijos. Sois lo mejor, y no porque haya unas cuantas (afortunadamente pocas) que dan asco y son lo peor. Sois lo mejor porque si, porque para vuestros hijos no habrá nunca ninguna otra más guapa y más buena. Dicho esto, feliz día a todas nosotras, que ustedes lo pasen bien.



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