El otro día, estaba haciendo algo que no suelo hacer, veía Informe Semanal; últimamente mi instinto de supervivencia me hace evitar ver telediarios, comandos actualidad y toda clase de programas que hablan de crisis, primas de riesgo, deudas y este tipo de cosas. Ya se que están ahí, ya me indigno lo suficiente sin necesidad de ver estos programas, verlos, sólo me producen una carga innecesaria de miedo y depresión que no quiero permitirme ahora mismo.
Pero el otro día, caí en Informe Semanal, y sorprendentemente los diez minutos de reportaje no estaban dedicados ni a Répsol, ni al aumento del paro, ni al rey y sus elefantes, no, esta vez se la dedicaron a una historia de superación, amor, bondad y esperanza por encima de todo. Un reportaje por el que creer en las personas. Era la historia de
Mamá Tunza.
Mamá Tunza es la mujer del pañuelo en la cabeza
Mamá Tunza significa "la madre que te cuida" y así es como se conoce a Dimina
Khasiala una mujer de Kenia, madre natural de 4 hijos, que un día se encontró a un bebé en la basura. Mamá Tunza lo recogió, se lo llevó a su casa y lo amamantó. Poco tiempo después, un señor le dejó otro bebé, y después llegó otro... junto a algunas vecinas creó una escuela en su propia casa y desde entonces, y han pasado ya catroce años, Mamá Tunza recoge, cuida, da cobijo, amor y hogar a los niños que encuentra abandonados en la calle. Y las calles de las afueras de Nairobi, dan para muchos niños abandonados, demasiados, más de lo que ningún país, ningún gobernante o ninguna conciencia debiera permitir.
Mamá Tunza no tiene recursos y es analfabeta, aún así, ha creado un hogar que sobrevive gracias a la ayuda de pequeños y modestos trabajadores sociales de Kenia, a lo que los vecinos les dan y por la ayuda puntual e individual de personas del extranjero.
La imagen de Mamá Tunza es poderosa. Parece una mujer frágil, de ojos cansados que explica ante la cámara de TVE impasible, las durísimas historias de algunos de sus niños. "A este le encontré vagando por las calles, tendría unos 6 años y comía desperdicios", "este tenía el cuerpo lleno de llagas", "este es little monkie, lo llevaba una mona y se lo cambiamos por unos plátanos". Los ojos de Mamá Tunza han visto las peores atrocidades, pero ella, lejos de anestesiarse y sobreponerse con individualismo y frialdad ante tanta inmundicia, recoge en sus brazos a aquellos niños y se opone al duro destino que les ha tocado dándoles algo, que la mayoría no podrían ni haber soñado tener; un futuro. Y pese a ese cuerpo de apariencia frágil su mirada desafiante al mundo la delata.
Feliz día a todas las madres. Feliz día Mamá Tunza.
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