Blancanieves, la it girl princesil

Tengo la sensación de que últimamente, la industria cinematográfica tira menos de historias originales y en cambio se nutre en gran medida de precuelas, secuelas y remakes, a mi juicio, en gran medida completamente innecesarias. Este año además, parece que se ha puesto muy de moda, el coger cuentos infantiles y adultizarlos (suponiendo que exista esa palabra, que no creo...), y la verdad es que no me extraña, pues no hay historias cargadas de mayor sadismo y tragedia que los cuentos infantiles, sobre todo los que protagonizan princesas. Además, no hay villano en el cine más cruel que las brujas malvadas de estos cuentos. No creo que todos estos súpervillanos con el firme propósito de conquistar el mundo en las pelis de supehéroes lleguen a la suela del tacón de las brujas celosas y sádicas que antagonizan los cuentos infantiles. Son el mal personificado, las pasiones más bajas llevadas al extremo, capaces de pillar manía a niñas inocentes y querer no ya matarlas, si no torturarlas, humillarlas, destruírlas poco a poco...
Este año, sin duda, la it girl princesil del momento ha sido Blancanieves. A mi, la verdad es que Blancanieves siempre me pareció un poco sosaina, aunque la madrasta, ¡ay que madrastra!, bella, malvada, lista, bruja, transformista, celosa, histérica. Ya en la versión de dibujos de los años 30 te haces caca cuando sale esa perfecta y diabólica madrastra.

En la historia original que escribieron los hermanos Grimms,que bien podría haberse convertido en un thriller de terror en lugar de un cuento de hadas, la madrastra trata de asesinar de varias formas a la adolescente Blancanieves, primero con el famoso cazador, después ahorcándola con cintas para el pelo, después con un peine envenenado (clavándole el peine, ¿?¿) y finalmente con la archiconocida manzana envenenada. Pero lo que más me fascina de esta versión, es su final, modificando completamente en todas las versiones cinematográficas. Uno cree que cuando la madrastra consigue envenar definitivamente a Blancanieves, esta huye y cae despeñada por un precipicio, pues bien, según la versión de los hermanos Grimms, la bruja consigue salvar su vida, y vive plácidamente en su reino. Hasta que un buen día recibe la invitación de boda de unos jóvenes príncipes de un reino cercano. Ella estupenda va a la boda y descubre horrorizada que la boda es de Blancanieves y su príncipe azul, pero, muy a su pesar, ella también es reconocida, y como castigo, el príncipe decide vengar a su esposa, y ya como rey le fabrica unos zapatos de hierro que calienta al rojo vivo y le obliga a ponérselos y a bailar hasta que cae muerta. Y asi me quedé yo cuando me enteré de este final.
El caso es que Blancanieves ha sido la princesa más presente todo este año, con movida real hollywoodense y todo.

Pero de todas las versiones con grandes estrellas que se han hecho, es esta, española, flamenca, con enanos toreros, en blanco y negro y con Maribel Verdú, la que más me atrae. Y eso que yo no soy muy ni de cine español ni de toreros.

No sé cual será la siguente princesa que se pondrá de moda...yo creo que otra con mucho potencial puede ser Cenicienta, y espero que se despierten en ella instintos un poco feministas y rebeldes. Aunque sin duda, otro de mis cuentos-historias de miedo favoritas es la Casita de Chocolate, terror en estado puro.