Por fin, después de más de tres meses hemos conseguido recuperar a nuestros amorosos y queridos Flat Out, que vivían secuestrados en una fría terminal de aeropuerto. Y es que después de esta desastrosa aventura no puedo más que daros una explicación a todos los que llevais esperando por ellos. A vosotros, además de agradeceros la paciencia, os debo una explicación.
Nos preguntamos por qué en España dura tanto la crisis y por qué no salimos de ella. Pretendo situarme lejos de discursos políticos, de los que ni entiendo ni tengo tiempo de entender, pero lo que sí me salta a la vista es de la falta de sentido común que existe en este país, especialmente desde las administraciones públicas.
Te animan a hacerte autónomo, a crear tu propio negocio, pero luego no te ponen más que trabas y problemas para desarrollar tu actividad. Y el caso del "secuestro" de mis pobres y amorosos Flat Outs no es más que otro de los múltiples ejemplos que seguro que todos podremos poner. Porque quien más y quien menos, no conozco a un sólo autónomo, o a una sóla persona, que no tenga algún motivo para indignarse con el trato que recibe por realizar su trabajo.
Miradlos bien, porque esa ternura lanuda, esos ojillos hundidos, ese tacto ultrasuave no se merece haber permanecido más de tres meses abandonados en una fría terminal de aeropuerto. Y yo y mis nervios, tampoco.
La historia comienza a finales de febrero, cuando una vez más, como ya llevaba haciendo durante más de un año, decido escribir a la empresa australiana que fabrica con amor y responsabilidad Flat Outs. La empresa, diligente como siempre, me envían mi pedido de osos de lana. Pero el paquete no llega. Por fin recibo una notificación, que me informan de que mi caja está en el aeropuerto y que tengo que pagar los impuestos de dicha importación transoceánica. Hasta ahí todo normal, si no fuera porque el pago de estos impuestos es aleatorio y unas veces te toca y otra no (lo cual ya me parece absurdo, o se hace o no se hace, pero ¿que es eso de dejar a la suerte el pago de esta contribución estatal?). También, hay que decir que tardo más tiempo en recibir la notificación de pago que lo que han tardado los osos en viajar desde las antípodas. Todo, excepto mis reacciones, se realiza con una tranquilidad pasmosa. Pago mis impuestos, pero nadie me envía mi paquete. Y mientras, uno no puede hacer nada, porque ni le dan un teléfono donde preguntar ni una dirección de email, ni física, ni nada.
Finalmente recibo otra notificación, en la que me dicen que desde el ministerio de consumo me piden una descripción sobre el material del que están hechos los muñecos. Y yo les digo, "pues lana pura" qué más os puedo decir. Pero el problema es que no saben muy bien que les tengo que decir. Después de otros tantos días intentando comunicarme con ellos y esperando que alguien me de claves para realizar el rescate, consigo averiguar que me piden los certificados de la empresa de haber pasado todos los sistemas de calidad. Los australianos, como siempre, me mandan rápido un extenso informe en pdf en el que están detallados todos los certificados de calidad. Pero en Correos, no tienen manera de que yo se lo envíe, pues quien pensó en su sistema informático no contempló que uno tuviera que entregar documentación varias veces, así que no tengo manera de enviar el informe, ni tengo manera de que alguien me conteste al teléfono, ni que me respondan a emails, porque nada está habilitado para ello.
Por fin lo consigo. Pero en ese momento, la empresa que estaba gestionando (o, en mi caso, desgestionando) los envíos internacionales, suspende el contrato con correos, y ahí me quedo yo. Sin más noticias de mis Flat Out.
Finalmente otra carta, en la que me exigen una serie de cosas que no entiendo, y que por supuesto, nadie me explica. Y que o contesto a esa carta, o mis osos serán deportados. Y que además, llevaban tanto tiempo en la aduana, que ahora tenía yo que pagar un recargo a Hacienda, ¡alá, toma ya!. Es entonces cuando me arrepiento de no haberme apuntado a clases de yoga o algo que me hubiera permitido respirar profundamente tres veces antes de agarrar el teléfono y cagarme en la madre de la señorita de Atención al Cliente que muy amablemente intentaba darme respuestas. Pero es que, no tenía respuestas, ella sólo coje el teléfono y da la cara (o la voz) y realiza informes.
Por fin me llama un funcionario que trata de explicarme qué contestar en la misteriosa carta, y me confiesa, que no lo sabe, que ponga mi nombre y firme y diga que si a todo, y que ya. Y otra vez la mala suerte ha sido la causante de que consumo detuviera precisamente mi paquete, el de los osos ultrasuaves con cero peligro para los bebés. Que manda narices, al lado de las cosas que una ve por ahí...
Bueno, todavía tengo que esperar un mes para que mis osos duerman tranquilos en mi carrito vintage del 75, las causas de este mes de retraso de regalo, me son completamente desconocidas. Y yo me pregunto si me merece la pena volver a pasar por esto, también me pregunto si puedo hacer algo para compensar tanto tiempo y dinero perdido, y si tengo que renunciar a vender productos de fuera de la Comunidad Económica Europea, por muy ¡glück! que sean, porque, vista mi mala suerte, podría volver a pasarme en cuanlquier momento... pero una vez más, nadie sabe que contestarme... y mientras escucho en la tele un anuncio motivador para la creación de empresas y como todo el mundo habla del paro y de la crisis como una muletilla más, insertada y dada por hecho en la sociedad.
Aunque ahora que por fin veo sus caritas amorosas, al menos consigo relajarme.
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Lo voy a compartir... uff, menuda odisea...
ResponderEliminarGracias!! sí, no lo sabes tu bien!!
ResponderEliminarser autónomo en este país es una pesadilla, yo sueño con que esto combie pronto y nos faciliten un poco más las cosas, mientras tanto cada cierto tiempo sufro alguna crisis de esas en las que me tiro de los pelos y quiero buscar un trabajo fijo ... pero quiero cuidar a matilda! sin los horarios que eso conlleva ah.. la mujer del s XXI - eso si, yo me apunté a yoga
ResponderEliminarYo no entiendo de envíos internacionales por Correos, porque lo único que me han enviado no pasó aduana al ser declarado como regalo y con importe 1€. Pero sí conzco ha alguien (hemos sido pareja 6 años) en Fedex, empresa americana de correos.
ResponderEliminarPor lo que yo sé, los artículos que se importan desde fuera de la UE, aunque sean para uso propio, SIEMPRE tienen que pasar aduana y pagar los correspondientes impuestos (esto también es para ropa y caprichos). Al menos, así funciona en las empresas de importación como UPS, Fedex, DHL... Lo bueno de trabajar con ellas es que se ocupan de tramitar lo de la aduana y, al menos, siempre tienes a quien reclamar! Lo malo, que te devuelven la mercancía "por menos de na" (si no pagas los impuestos, se entiende).
En realidad, supongo que ya habrás probado con diferentes empresas de importación. Mi consejo es que siempre que puedas utilices la que mejor te trate, pidiendoselo a la empresa que hace el envío, si es posible, que lo haga a través de esa.
Y respecto al tema de los autónomos... 100% de acuerdo. Yo me estuve informando con mucha ilusión, y lo dejé porque no ponían nada más que problemas: miles de papeleos por hacer y si se te olvidaba alguno: sanción. Encima! No quieren apoyarnos tanto? Pues que creen un organismo que de verdad nos ayude a solucionar problemas!
Gracias Noemí! la verdad es que no habia investigado nada de empresas que gestionan envíos internacionales... gracias! lo tendré en cuenta para la próxima.
ResponderEliminarY sí, lo de los autónomos clama al cielo...
Ups, me comí la "h"... perdon NoHemí
ResponderEliminarNo te preocupes por la "h", yo lo escribo así, pero no me enfando con quien no lo hace!!
ResponderEliminarEspero haberte ayudado, esa era mi intención, no echarte la charla! Perdona si lo pareción un poco, se me olvidó decirte lo más importante: los ositos son chulísimos!! Pobrecitos, que hayan tenido que estar tanto tiempo solos y pasando frío en un almacén, con lo que yo cuido a mis muñecos, que penita me dan!!
El nombre de uno es como uno lo escribe, ¡faltaría más!. En ningún momento me ha parecido que me echaras la chapa!, de verdad te agradezco un montón que me cuentes todo lo de las empresas privadas de envíos y que te preocupes por el estado de mis pobres ositos.
ResponderEliminarYa te contaré como se realizan futuros envíos, porque desde luego, no pienso renunciar a mis adorados Flat Outs!!
¡Hola guapa!
ResponderEliminarMe alegro de que por fin tengas a los ositos en la tienda.
Me animo a escribirte porque yo estoy igual que tú y por lo que he aprendido hasta ahora, te digo más o menos lo mismo que Nohemí. Los impuestos, en teoría, hay que pagarlos siempre que el valor de lo enviado sea MAYOR que 22€ (si el destinatario es una empresa, si lo recibes como particular este valor subiría hasta los 45€). Lo que ocurre es que Correos no detiene en Aduana todos los paquetes (porque no les daría la vida para gestionarlos todos) así que lo hacen aleatoriamente y sobre todo si ven que el paquete es voluminoso, pesado...
Empresas privadas como UPS, Fedex... directamente entregan el paquete en aduanas para su gestión, por lo que los paquetes que van a través de este sistema pagan SIEMPRE los impuestos aduaneros.
Así que, o te la juegas con Correos para ver si tienes suerte y pasas sin pagar o te aseguras la rapidez y la limpieza del envío a través de una empresa privada pero sabiendo que te va a salir más caro.
¡¡¡Os acabo de ver en TVE!!!! Enhorabuena por la tienda!! ¿Los Flat Out los vendéis por la tienda online? ¡Gracias!
ResponderEliminarSi Carlos! a través de la tienda on line, o escribiéndonos un correo y diciéndonos cual quieres.
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