Ahora que se va acercando la Navidad aprovecho para hablaros de los calendarios de adviento, algo que no conocía, puesto que mi formación navideña es muy española: reyes magos, cochinillo, plaza mayor, belén, uvas... Pero Julieta, la mitad de ¡glück! que menos conocéis y que lleva viviendo en Berlín ya unos cuantos años, está más puesta en tradiciones nórdicas y centro europeas. Así que me explicó qué es un calendario de adviento y por qué emociona tanto a los niños.
Básicamente es una cuenta atrás, que comienza el 1 de diciembre y acaba el 24, con la llegada de Papá Noel. Este calendario se suele representar en una manta o cualquier soporte que de opción a colocar bolsillitos, en concreto 24, uno por cada día, y en ellos se depositan pequeños regalitos o caramelos que los niños encuentran emocionados cada día, espectantes por que llegue el ansiado día de Navidad, porque como todos sabemos, es cuando uno es niño cuando más magia tienen estas fiestas. Después uno se amarga, se aburre, se abruma ante tanta luz y tanta compra, se agobia con tanta comida, con tanta fiesta... pero luego vuelven a aparecer los niños, y la Navidad vuelve a brillar y no sólo con sus millones de lucecitas desperdigadas por todas las ciudades del mundo e independientemente de su sentido teológico, porque la Navidad es la fiesta de los niños.
Y este tipo tan majete que tenemos aqui encima, es un duende-calendario de adviento, mide un metro con cuarenta y cinco centímetros, y después de lo que os he contado de los calendarios, a lo mejor os apetece tenerlo. Si es así, ya sabéis, venid a ¡glück! a por él.
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